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mercoledì 7 giugno 2023

LA MUERTE DE MINOS EN SICILIA

de DANILO CARUSO
 
Entre los siglos VIII y VI a.C. emigraron en Sicilia numerosos grupos de Griegos los que llevaron su civilización en la isla poniéndose en contacto, y también estrellándose, con los viejos habitantes, Sicanos y Sículos. Se contaba en la antigüedad que Minos, personaje perteneciente más a las leyendas griegas que a la historia, fue asesinado aquí en precedencia por un rey sicano, Cócalo, y que después hubiera sido sucesivamente enterrado en un punto sobre que surgió un templo de Afrodita.
La mitología cuenta que Dédalo, huido de Creta, encontrara hospitalidad en Sicilia cerca de Cócalo pero el mítico soberano cretese que lo persigía para hacerse justicia del episodio del Minotauro lo localiza. El talassócrata acepta imprudentemente una invitación del Sicano a su peñón de Camico, y aquí es matado durante un baño junto a las hijas de él. Terón, tirano de Agrigento entre el 489 y el 472 a.C., reanudó la historia de la matanza de Minos y la utilizó para conquista: el mito fue construido por los Agrigentini para agregar una faja territorial más allá de los sus confines y de fundamental importancia defensiva.
Terón tomó a pretexto de su acción militar el hecho de querer vengar al rey de Creta. Según la tesis de mí elaborada, expuesta en mi ensayo “SICANIA / Il sito sicano di Colle Madore: dalla leggenda alla realtà (2004)”, el sacellum, con los entornos circunstante, del área arqueológica analizada, colocada a la periferia del Ayuntamiento de Lercara Friddi, representa lo que fue en pasado identificado como templo de Afrodita / sepulcro de Minos de que Diodoro Siculo luego habló en la “Biblioteca Histórica”: lo dejan entender la particular posición de la colina, la etimología del nombre, el análisis de los restos y el tipo de liturgia que allí se desarrollaba. El Madore y los Sicanos, que lo habitaron de tiempos remotos, asociándose, a partir de un milenio antes del nacimiento de Cristo, se encontraron comprimidos entre los Estados de dos nuevas ciudades griegas: Agrigento a sur y Himera a Norte.
La colina y su zona fueron neurálgicos de un punto de vista militar por el control de las regiones circunstantes. Esta colina se encontró en efecto limitrofe al dominio de Akragas, sobre una altura de la estratégica parteaguas de los ríos Torto y Platani, de cuyo se controlaban los caminos en dirección del Tirreno y del Mediterráneo. En un primer tiempo los Griegos de nadie de los dos partos ocuparon con la fuerza el área, más bien la mantuvieron neutral por la valorización de su templo dedicado a Afrodita. Estos espacios de confín además fueron caracterizados en la reflexión temática por la imagen del agua. El nombre Madore deriva del adjetivo griego madarós (mojado): el territorio alrededor de la colina fue llamado quizás la región de las aguas, lo hacen pensar la vecindad en los embalses fluviales y la presencia de faldas acuíferas. El hallazgo de un edículo, sobre cuyo es representado un hombre sentado al borde de una bañera (Minos), y de una jofaina para agua ritual – ambos procedentes del sacellum – además testimonian la importancia del agua como elemento de culto, en un contexto litúrgico caracterizado por ofertas sacrificales (thysía).
Los Acragantinos en un según momento creyeron actuar de modo diferente: invadir en armas una zona hecha neutral por motivaciones religiosas exigía una válida justificación para evitar la acusación de sacrilegio. Decir, con hipocresía, que el sepulcro de Minos estuviese sobre Colle (Colina) Madore, bajo el templo de Afrodita, dio la posibilidad de atacar porque afirmaban de quererlo vengar: y esto no les haría en apariencia culpable de una cosa injusta en los juicios de sus contemporáneos. Así haciendo el Madore, junto al entero territorio de Himera, cayó en las manos de Agrigento alrededor del 483 a.C.
Las excavaciones realizadas sobre este relieve (1995, 1998, 2004) por la Superintendencia a los bienes culturales de Palermo – después de la donación de Antonino Caruso al Ayuntamiento de Lercara Friddi de los primeros restos accidentalmente hallados en el 1992 – han llevado a la luz, además, el área sagrada en examen, situada en proximidad de la cima.
Significativos son partes de estatuitas de Demetra y una incisión en lengua púnica, conmemorativa de Astarte, que hace referencia, por analogía, al culto de Afrodita, cuya presencia sobre el Madore es sin duda probada por muchos restos: una estatuita acéfala de divinidad femenina que tiene en brazo a una liebre, animal sagrado a Afrodita, un trozo de escudilla con sobre el fondo reproducido una cruz gamada y una lámina adornadas por cabezas taurinas repujadas (se trata de claras representaciones figurativas a ella conectada).
A continuación de la simulada venganza de Terón es plausible la sustitución de Demetra a Afrodita, ambas diosas de la fecundidad, por el venir menos, a causa de la siguiente falta del tema del sepulcro, de la pareja Afrodite/Minos: la naturaleza era comparada con la figura femenina, luego Afrodita le equivalgía a Demetra. Otros restos, los fragmentos de las antefijas del templo, el modelo de choza a planta circular, etc., confirman mi estudio que también justifica la presencia de material importada de Himera como simple adquisición comercial, material que se introduzcía en una cultura influenciada por Akragas. Entre las láminas de bronce halladas una representa una divinidad femenina (o Afrodita o Demetra).
El espacio sacro de este templo de Afrodita vino parcialmente destruído, en el modo en que Diodoro Siculo cuenta, en el 483/482 a.C. por Terón de Agrigento (en realidad en lo que pudo aparecer un lugar suyo ipogeo no estaba la tumba minóica inventada por los Acragantinos sino un taller por la elaboración de los metales). En la primavera del 409 a.C. los Cartaginenses, los que ocuparon una parte occidental de Sicilia, destruyeron durante una guerra contra los Griegos, todo lo poblado de Colle Madore y su población pues se disperdío. Considerado el renombre del sitio he creído verosímil una visita del poeta Pindaro en el templo de Afrodita / sepulcro de Minos durante el período de su permanencia en Sicilia, 476/475 a.C., vistos sus relaciones con los Emmenides y la matriz aristocrática y conmemorativa de su poesía. Mi tesis es alternativa a una serie de otras cuatro localizaciones propuestas por otros estudiosos:  Eraclea Minoa, las tholoi de Sant’Angelo Muxaro, Licata, las Grutas de la Gurfa de Alia.
Se tiende generalmente a identificar el peñón sicano de Camico con Sant’Angelo Muxaro, pero eso no debería comportar que la falsa sepultura de Minos tenga que ser ubicada automáticamente en sus vecindades: no debe ser descuidado que en la realidad griega la elección del sitio del sepulcro y el relacionarse al mito fueron funcionales a la política expansiva agrigentina y no a la leyenda. Colle Madore presenta connotaciones adecuadas y no tiene importancia el hecho que está lejos de la costa, más bien cuenta que fuera colocado sobre el eje Sabucina-Polizzello, delimitación en el VI siglo a.C. del confín norteño del dominio acragantino.
Un escrito de principio del ’900 de G. Nicastro puso Camico a Sutera: la cumbre del Monte San Paolino, a cuyo pies se encuentra el país actual, es visible del Madore mirando hacia oriente. Las tholoi quedan siempre muy sugestivas, pero son funcionales al aspecto mítico de los hechos minóicos a diferencia de la historia de Agrigento y Terón más pertinente al análisis.
Sobre Colle Madore mi sistema diverge de una impostación formulada por el arqueólogo Stefano Vassallo que vincula este sitio a la influencia de Himera: en particular él interpreta el personaje del edículo mencionado como Eracle y además sostiene una etimología del árabe del topónimo Madore.
 
 
Danilo Caruso / SICANIA - Il sito sicano di Colle Madore: dalla leggenda alla realtà
(ensayo en pdf)